tag:blogger.com,1999:blog-43517510330337568132024-02-26T15:50:49.044+01:00A la sombra de la encinaApuntes escritos y pintados de José Antonio Palomo MolanoJosé Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comBlogger90125tag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-90858633496116373022024-02-25T14:41:00.002+01:002024-02-25T14:53:37.766+01:00Intervención en la FIO 2024<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/o1YcJiubsDI" width="320" youtube-src-id="o1YcJiubsDI"></iframe></div><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">La Feria Internacional de Ornitología, celebrada en el Parque Nacional de Monfragüe, ha dedicado este año un acto de homenaje y recuerdo a Suso Garzón, organizado por el Colectivo Extremeño de Fotógrafos de Naturaleza (CEFNA).</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Esta fue mi intervención en dicho acto:</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><b>SEMBLANZA DE SUSO</b></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En primer lugar quiero expresar mi agradecimiento al Colectivo Extremeño de Fotógrafos de Naturaleza por concederme la oportunidad de participar tanto en este encuentro como en el libro, para el que he aportado un texto que quiere ser una fotografía de Suso tomada con el corazón, como vosotros captáis todas estas emocionantes imágenes.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Este año se cumplen 45 de la declaración del primer espacio protegido de Extremadura, pues en abril de 1979, cuando aún no existía nuestra comunidad autónoma, se publicó el Real Decreto que creaba el Parque Natural de Monfragüe.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero permitidme que aluda a otro aniversario: el centenario de la muerte del capitán Boyton en 1924. Quiero recordar a este curioso personaje porque una de sus aventuras consistió en descender por el río Tajo, a cuyas aguas se lanzó en Toledo el último día de 1878, hasta Lisboa, adonde llegó un mes y medio más tarde.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y lo increíble es que Boyton se desplazaba en solitario y flotando sobre el agua, embutido en un traje de caucho y ayudándose de un remo y poco más.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Podemos imaginarlo pasando bajo los arcos del Puente del Cardenal, aquí abajo, y poco más allá es zarandeado por el torrente impetuoso de las aguas que se estrechan y caen en torbellino a la altura del Salto del Gitano, donde casi se ahoga.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En 1968, noventa años después de esa aventura, llega aquí, a Monfragüe, un jovencito fino y largo como un espárrago. Tiene 22 años y se llama Jesús, aunque en la casa del norte siempre ha sido, en cariñoso y abreviado diminutivo, Jesuso, Suso.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ya colabora con Félix Rodríguez de la Fuente, para quien vuela los halcones y los mantiene en forma. También contribuye en los dos grandes proyectos de Félix: la enciclopedia Fauna Ibérica y la serie El hombre y la tierra.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero Suso llega a Monfragüe por encargo del doble uve efe (WWF), realizando los primeros censos de algunas de las especies más emblemáticas de la península Ibérica: el lobo, el águila imperial, el buitre negro… Desde ese momento Monfragüe y Garzón son palabras inseparables. Porque, como toda nuestra pequeña ecosfera sabe, Garzón emprende entonces una aventura no tan arriesgada como la de Boyton, pero sí tanto o más esforzada.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Es bien conocido, al menos nosotros lo sabemos (a pesar del olvido al que Suso ha sido sometido precisamente por quienes dicen defender no sé qué memoria), es bien conocido, decía, que este paisaje estaba siendo destruido, y que fue Suso quien logró frenar las máquinas que arrasaban la vegetación autóctona y aterrazaban las laderas para plantar tristes eucaliptos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">La extraordinaria campaña que Suso desplegó en defensa de Monfragüe dio su fruto, y el Gobierno de Adolfo Suárez promulgó la declaración del Parque Natural, como ya se ha dicho, en 1979.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Un siglo atrás Boyton navegaba las aguas del Tajo, superando numerosos obstáculos, como los rápidos, las cascadas y las pesqueras de los frecuentes molinos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Sin embargo, Suso no pudo conocer ese Tajo íntegramente vivo, porque dos años antes de que él llegara aquí, se habían terminado de construir las presas de Torrejón, en 1966. Además, poco pudo disfrutar del espectáculo de las aguas rompiendo en el Salto del Gitano, ya que en el 69 finalizó también la construcción de la presa de Alcántara. Y quiero destacar que, aunque la amenaza sobre Monfragüe sólo se asocie a los eucaliptos, Suso dirá después que “la mayor tragedia fue la construcción de los embalses”, que habían envuelto las noches de Monfragüe en “un silencio sepulcral”.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ahora que tanto se invoca la diversidad, después de que algunos de nosotros llevemos décadas defendiendo la biodiversidad, seré otra vez políticamente incorrecto y reduciré a sólo dos tipos las vidas de las personas: las que se parecen a los embalses y las que se parecen a los ríos. Las vidas de las personas que se parecen a los embalses son construidas por otros, en su superficie parecen felizmente tranquilas, pero en lo profundo reina la oscuridad y el silencio. Sus orillas son batidas por un mortecino vaivén que las descarna. Por el contrario, las aguas del río se acompañan de sombra verde y trinos de mil colores. La corriente misma es una sinfonía interminable. El empuje del agua se abre camino a través del mundo y en el lecho de ese río se van moldeando los cantos rodados con la fuerza que los acaricia. Muchos de nosotros somos esos cantos rodados, y no es necesario decir que el río se llama Suso.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero sigamos acompañando al capitán Boyton aguas abajo, que ya está a 80 kilómetros de aquí. Avanza de noche, mirando el cielo mientras flota en las invernales aguas de enero. Y de pronto se ve sobrecogido ante la mole del puente romano de Alcántara, que se recorta a la luz de la luna. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y por ese puente y tantos otros, hemos visto a Suso, mucho tiempo después, cruzar al frente de los rebaños trashumantes.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Porque Suso comprendió muy pronto la importancia del puente, la conexión inseparable entre el hombre y la naturaleza (el hombre y la tierra de Félix). Suso sabía, por ejemplo, que Monfragüe no era sólo estas aguas retenidas y mudas, estos murallones que parecen defender una joya. No, la joya está más allá, precisamente en la defensa, en la dehesa, en esa extensión de miles y miles de encinas que todos hemos atravesado para llegar hasta aquí, hayamos venido por un camino u otro. Y ese es un paisaje modelado por el hombre.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Suso comprendió que para conservar aquellas emblemáticas especies cuyos rastros le trajeron hasta aquí, era imprescindible mantener también la cultura tradicional, la que se perdía a pasos agigantados al cierre del siglo XX. Y en ese sentido, la reciente declaración de la trashumancia en España como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad ha sido fruto del trabajo incansable de Suso durante más de tres décadas.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y es que Suso nos ha mostrado que naturaleza y cultura son una misma cosa, un único puente por el que nuestras vidas cruzan de una orilla a la otra.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Del viaje de su vida citaré, para terminar, un pasaje de uno de sus libros de juventud, cuyo título “De la sierra al llano” curiosamente barruntaba su futuro pastoril. Escribe Suso que, en sus andanzas por la Alta Extremadura, al llegar a Riomalo de Abajo, en las Hurdes, ve pasear a unas “entrelazadas mozas risueñas que miran con curiosidad al forastero, con interés que resulta halagador en estos tiempos en que vivimos, de masificación y despreocupación por los demás”.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Tal vez hoy esas mozas, absortas en sus móviles, pasarían sin mirarte, sin mirar el mundo, sin comprender el mundo, sin entender el puente de la vida.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero nosotros, Suso, nosotros siempre te miraremos, siempre te admiraremos, siempre te querremos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Gracias, Suso, y gracias a todos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">José Antonio Palomo</span></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><br />José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-64981403451192578092024-02-25T14:20:00.002+01:002024-02-26T15:50:16.047+01:00Suso Garzón (1946-2023)<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">El Colectivo Extremeño de Fotógrafos de Naturaleza (CEFNA) ha dedicado un libro a la memoria de Suso Garzón, para el que he aportado este texto:</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimVhKQSDYp_8ytBAny4V1ZXsTRGNFZJPVfZR65UJTtet3V2VLzO0siAvNAplCKxaJG6H3_SgmBQCVmGRvlMzSm8OMv4kumFMs_TYqb1zOmXEcKazOmGOmAnL29xObNNS0tDhuzBbA5P_TiiKxGkJPCLPN5NzwVA8l-oOE6i9BDg54GNL9982PIVrdpdxQf/s2489/1708958944011_20240225_144517.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2176" data-original-width="2489" height="280" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimVhKQSDYp_8ytBAny4V1ZXsTRGNFZJPVfZR65UJTtet3V2VLzO0siAvNAplCKxaJG6H3_SgmBQCVmGRvlMzSm8OMv4kumFMs_TYqb1zOmXEcKazOmGOmAnL29xObNNS0tDhuzBbA5P_TiiKxGkJPCLPN5NzwVA8l-oOE6i9BDg54GNL9982PIVrdpdxQf/s320/1708958944011_20240225_144517.jpg" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p> <span face="Calibri, sans-serif" style="font-size: 12pt; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">Vida.</span></p><span id="docs-internal-guid-db1e199e-7fff-3808-c8b9-ff36cc7f40dd"><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">¿Qué palabra es esa?</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">¿Desde dónde viene?</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">¿Hasta dónde llega?</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><br /></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El halo del sol ya se adivina y el paisaje se va alumbrando de colores, difusos, muy difusos todavía, mientras las esquilas zarandean su melancolía entre las sombras. Un brillo trazado con espátula, fino, largo, roto a trechos, dibuja el arroyo que se enciende plateado.</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Para cuando el sol asoma, las encinas lanzan al vuelo un puñado de rabilargos. Azules y grises, chillones.</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Ya está despierto el campo.</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El alcaudón, vigilante desde su atalaya de espinos, gira su cabeza y clava su mirada bandolera en una nubecilla de polvo que se levanta al fondo, por encima de las retamas. Y lo ve aparecer por el barbecho. Es un niño alto, grande, y camina casi descalzo, porque sus suelas son casi de tierra. Y viene silbando como una alondra entre terrones, y viene cantando, y suena como las voces de los corcheros entre los alcornoques, como las voces de los aceituneros vareando en el olivar, y suena como las mujeres lavando en el río, como los mozos corriendo las calles del pueblo en día de fiesta. Su voz es una trenza de voces antiguas y la música que esparce es el rastro que los nómadas dejan tras de sí, una leve sensación de que estuvieron aquí, sobre la yerba ya recuperada de su frágil paso.</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En los ojos del niño grande chispean las estrellas que el sol ya ha borrado del cielo, y con esa inagotable luz lo mira todo, lo busca todo y lo descubre todo. La vida, toda la vida junta, sin dejar nada a un lado. Y cuando tienes la fortuna de encontrarte con él, te lo cuenta, te explica, y al escucharlo sabes que todo es verdad y que la única verdad es la vida.</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Una vida que él recorre, nómada y sin equipaje, acompañado en su periplo por tantos seres cuyos paisajes salvó: sierras condenadas al saqueo y la destrucción, bosques donde la desolación amenazaba, dehesas, riberos, roquedos, lagunas… Y todo sigue ahí, porque el niño quijote se abalanzó contra los molinos armado sólo con esa palabra: vida.</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La palabra que revolotea con mil alas sobre su camino, que sigila en la noche entre el matorral dormido, que se zambulle y nada en las aguas de primavera, la palabra que alfombra de colores la dehesa, que salpica de lluvia el paraguas de las encinas.</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Si tienes la oportunidad, súmate a esa compañía, de la sierra al llano, de los pastos verdosos de las montañas hasta las yerbas ásperas de la dehesa. Este niño pastor lleva en el zurrón mil relatos para quienes le preguntan cuando llega a un pueblo con el rebaño de ovejas. Aquí, en cualquiera de ellos, le esperan, le aplauden.</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">¡Ya llega!, se avisan al escuchar el sonido medieval de los viajeros. Ya baja para la Extremadura. Aquí viene Jesús Garzón, Suso. ¿Es ese tan alto? Sí, ese niño tan alto que besa como un hijo a las mujeres, que abraza como un padre y que siempre sonríe, feliz, alegre como el campanilleo del rebaño.</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Y cuando los amigos le reciben, a veces descansa su brazo en tu hombro, y ya queda ahí para siempre. Y cada vez que un paisaje te sobrecoge, cada vez que en la soledad del monte te sobrevuela el águila o en la noche el cárabo te llama en desconsuelo, en cada momento que puedas necesitarlo, entonces el brazo de Suso te da cobijo. El amparo de la vida.</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Miro al cielo amanecido buscando el trompeteo de las grullas que viajan, como las ovejas, de norte a sur, de sur a norte. Las veo, altas, alegres, incansables. Y escucho:</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="background-color: transparent; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="background-color: transparent; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt; white-space-collapse: preserve;">Esta vida que llega</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">que truena, que vuela</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Esta vida que se irá</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Esta vida que vuelve</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">que siempre volverá</span></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><br /></p><p dir="ltr" style="background-color: white; line-height: 1.8; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">No sé si son ellas o es Suso quien viene cantando. Lo mismo da. Quiero seguir caminando a su lado, al lado de este niño más alto que yo, e intentaré imaginar todo lo que él ya ve.</span></p><div><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-47709265776529457502024-01-19T13:05:00.004+01:002024-01-19T13:05:22.364+01:00Río<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmaHW1RH5IaL7fQd0oyO3vdotdZZ2JKYV1dyXkJwg5cOgnYuUELOSqxilq5A60Zix3H6_hT0qQq7Ey8xLjO9V1dmD3tXQE05HUXk4RxDgCg7XllPQ86JFWGdiHNN5g4OHiBiYFEjREAVmP_mF3-41HFI42PwwfbCU9Yi-tzkbXmFcgHnXsisjEtdwpEvcv/s2800/JAP_231220-P1050415.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2800" data-original-width="2065" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmaHW1RH5IaL7fQd0oyO3vdotdZZ2JKYV1dyXkJwg5cOgnYuUELOSqxilq5A60Zix3H6_hT0qQq7Ey8xLjO9V1dmD3tXQE05HUXk4RxDgCg7XllPQ86JFWGdiHNN5g4OHiBiYFEjREAVmP_mF3-41HFI42PwwfbCU9Yi-tzkbXmFcgHnXsisjEtdwpEvcv/s320/JAP_231220-P1050415.jpg" width="236" /></a></div><br /> <p></p>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-7781925308087389902023-12-19T18:47:00.004+01:002023-12-19T18:47:57.468+01:00Feliz Navidad<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPGW5zEg_QGnLhf5w5IA61Rb6FSHCIc8HvMfnA8wjkbmMGFF0cCuNsAbTGxpWRSjQ9YBkc419taSI8USCOC3U4kBsjC7OGmLxcgLkZL_twMxATEaJDieaXsxT01d5o0Fcj7qCjigGF-t6gdVigY2DTUdqch6hfw49qdQlfoD1zRc5p5EILhUglrYnAgyb3/s2544/Navidad%2023.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2005" data-original-width="2544" height="315" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPGW5zEg_QGnLhf5w5IA61Rb6FSHCIc8HvMfnA8wjkbmMGFF0cCuNsAbTGxpWRSjQ9YBkc419taSI8USCOC3U4kBsjC7OGmLxcgLkZL_twMxATEaJDieaXsxT01d5o0Fcj7qCjigGF-t6gdVigY2DTUdqch6hfw49qdQlfoD1zRc5p5EILhUglrYnAgyb3/w400-h315/Navidad%2023.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-77355012915510330762023-12-19T18:29:00.002+01:002023-12-19T18:29:15.768+01:00Chochín<p></p><div style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdf-Jb3BoyPC-qfk9nMUahFXolal2FhDtLJqci5P_P6G9QDSAmYPyAy9VdQ3S93e7vVvdrP7Oyidrzyu3ccUkh1PQBIy8TkMLjK-o9kDjwq22z9Mm_xILdjVKd5C9Xj7GP92qX2EsuCkFB4ZzZLTNs9SUOgI26ShJlNN3Hj5P9LJYvOqEN1h9rpz8JCmZL/s2892/JAP_231216-P1050400.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2892" data-original-width="2130" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdf-Jb3BoyPC-qfk9nMUahFXolal2FhDtLJqci5P_P6G9QDSAmYPyAy9VdQ3S93e7vVvdrP7Oyidrzyu3ccUkh1PQBIy8TkMLjK-o9kDjwq22z9Mm_xILdjVKd5C9Xj7GP92qX2EsuCkFB4ZzZLTNs9SUOgI26ShJlNN3Hj5P9LJYvOqEN1h9rpz8JCmZL/s320/JAP_231216-P1050400.jpg" width="236" /></a></div><div style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgI0r0A9zRTcQxju8KHdIUfKnxWOV7wrtRhJrXa6F4da3VhCw1uBuXVAYRYtEa_62IaXcOykMws6nu1C1BeuFL45qdp2nBR8BcYkiTfE5KMOEv2coBzIZTxYvdjCoJx_6dso6bYd5xFMk7WfdlptuRNLuWVWDtOWy1v9UqWZMr7FNe0R-oDHaZbIMp-SDf7/s3346/JAP_231217-P1050412.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="3346" data-original-width="2248" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgI0r0A9zRTcQxju8KHdIUfKnxWOV7wrtRhJrXa6F4da3VhCw1uBuXVAYRYtEa_62IaXcOykMws6nu1C1BeuFL45qdp2nBR8BcYkiTfE5KMOEv2coBzIZTxYvdjCoJx_6dso6bYd5xFMk7WfdlptuRNLuWVWDtOWy1v9UqWZMr7FNe0R-oDHaZbIMp-SDf7/s320/JAP_231217-P1050412.jpg" width="215" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgI0r0A9zRTcQxju8KHdIUfKnxWOV7wrtRhJrXa6F4da3VhCw1uBuXVAYRYtEa_62IaXcOykMws6nu1C1BeuFL45qdp2nBR8BcYkiTfE5KMOEv2coBzIZTxYvdjCoJx_6dso6bYd5xFMk7WfdlptuRNLuWVWDtOWy1v9UqWZMr7FNe0R-oDHaZbIMp-SDf7/s3346/JAP_231217-P1050412.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a> </div></div><br /><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZ00WQtff5eLnuFVQRhyNs_5lLH4KbEAR0kgw41mmhdd1yttvTGDkuRxY66MNufPlLN-OLC7Wt_RagUm4eRareS20P0hOuMWZ3nyClp0Jrl-lj2VlO3hgTAT8BOLwSYE13AdcgzB4c_B8eXHXNjoX44Wc4tbt4S_va30MQEV1FByqa9QEsg0OnF_iw8k2P/s3298/JAP_231216-P1050401.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3298" data-original-width="2248" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZ00WQtff5eLnuFVQRhyNs_5lLH4KbEAR0kgw41mmhdd1yttvTGDkuRxY66MNufPlLN-OLC7Wt_RagUm4eRareS20P0hOuMWZ3nyClp0Jrl-lj2VlO3hgTAT8BOLwSYE13AdcgzB4c_B8eXHXNjoX44Wc4tbt4S_va30MQEV1FByqa9QEsg0OnF_iw8k2P/s320/JAP_231216-P1050401.jpg" width="218" /></a></div><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-60585523164739210652022-12-24T09:23:00.004+01:002022-12-24T09:25:22.179+01:00Feliz Navidad<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSD1F3OobqmRzKGjMV6C3WwiYEczHstQFnTl9eiiM8OEHyRhWvMh89ckpw05R3N6QI-B2HmCaUESKOgsih2Z55BKn17Q8uX1SJvVR1oHrYE_tqtP0c_CvFBiU5nPOum_MC77ExSQpAcjM2kHAcKek5YN2krK5WPDgi22MyMFbG6CExDLO8Mbrj-ifN3g/s4090/1671869905945_Navidad.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2601" data-original-width="4090" height="255" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSD1F3OobqmRzKGjMV6C3WwiYEczHstQFnTl9eiiM8OEHyRhWvMh89ckpw05R3N6QI-B2HmCaUESKOgsih2Z55BKn17Q8uX1SJvVR1oHrYE_tqtP0c_CvFBiU5nPOum_MC77ExSQpAcjM2kHAcKek5YN2krK5WPDgi22MyMFbG6CExDLO8Mbrj-ifN3g/w400-h255/1671869905945_Navidad.jpg" width="400" /></a></div><br /> <p></p>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-10570103851922411512022-12-11T13:27:00.003+01:002022-12-12T00:26:57.941+01:00Grullas<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitFwR5CwkQeeXRmixGnLQ4A1usXgbnHe0Dch0U4n0AhsrHluaBo3QBEqlI5dNO1j9E4azE_W9D9PMW0CDIsDei2FAUUtINbi6ZgzusxRhKhmlazBkyE02J_zz__mISIKNjahZmOfjOdkD9bcWm0jnoXeAZhq03IoelHH-a54TRS9q1KYcEKSNJKaS9Xw/s3486/P1010462-2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2329" data-original-width="3486" height="268" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitFwR5CwkQeeXRmixGnLQ4A1usXgbnHe0Dch0U4n0AhsrHluaBo3QBEqlI5dNO1j9E4azE_W9D9PMW0CDIsDei2FAUUtINbi6ZgzusxRhKhmlazBkyE02J_zz__mISIKNjahZmOfjOdkD9bcWm0jnoXeAZhq03IoelHH-a54TRS9q1KYcEKSNJKaS9Xw/w400-h268/P1010462-2.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="color: #073763; font-size: 13.5pt;">Esta vida que llega</span><br /></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="color: #073763; font-size: 13.5pt;">que truena, que vuela</span><br /></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="color: #073763; font-size: 13.5pt;">Esta vida que se irá</span><br /></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="color: #073763; font-size: 13.5pt;">Esta vida que vuelve</span><br /></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><p style="line-height: 115%; margin: 0cm;">
</p></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><p style="line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: left;"><span style="color: #073763; font-size: 13.5pt; line-height: 150%;">que siempre volverá<o:p></o:p></span></p></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote><p> </p>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-74401646623558561872022-09-09T10:31:00.005+02:002022-09-09T10:38:31.388+02:00(1) Agua<p> </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;">El agua
canta. Comienza el preludio una tarde de agosto, cuando el ocre amortaja el
profundo y extenso horizonte. No hay nada que se mueva, pero el aire se
condensa hasta crecer en murallones y acantilados de blandas formas. De pronto,
llega hasta aquí el trueno, como una gigantesca roca desprendida desde cimas
invisibles, envueltas en espesas nubes, y cae rodando, aproximándose y
extendiéndose, desempolvando con su eco los campos amarillos. Y entre golpe y
golpe, el aviso de la lluvia lejana que, aun antes de que llegue, ya ha
humedecido las ásperas rastrojeras. Y es ahora cuando verdaderamente comienza
la música. Pero ya no suena… ¡huele! El campo entero es aroma, un cálido pero
refrescante aroma que se diluye y nos envuelve, la respiración de un mundo que
recupera el pulso y nos emociona con la vida que regresa. ¡No te fuiste para
siempre!</span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y después, el verde, el pasajero que
nunca se acaba de ir, el que siempre regresa, el viajero que desciende de la
lluvia, pero que a la vez asciende desde los esponjosos suelos.
Imperceptiblemente, la suave melodía del otoño va diluyendo los ocres mientras
renacen los cantarines arroyos y las silentes charcas.</span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Cambiante, aún otra melodía, el agua
de nuevo en el aire, ahora blanca y difusa, envolviendo encinas y vacas en un
paisaje inmóvil. Escuchamos entonces, en la mística mañana, el sonido de
gargantas como herrumbrosos goznes que se acercan y abren las puertas de la
niebla. Las grullas traen en sus alas las olas grises de los mares del norte y
con su trompeteo siembran rocío en los surcos y escarcha en las orillas. </span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Pero el agua fluye, y musita, y
germina. Al calor del sol, que se refleja en mil destellos, florecen las nieves
de la acuática primavera. Los ranúnculos alfombran los remansos del arroyo, que
se llena de peces como vertiginosas pinceladas de luz de luna. Y cuando ésta
llega, asomando entre los juncos, alumbra las voces del coro de ranas que
cantan, en perfecto diálogo, respondiendo a eternas preguntas, derramándose envuelto
en el borboteo del agua que viene y se va. Canciones, caminos, viajes… eterno
deambular bajo el cielo nocturno. ¡Quédate conmigo! Escucha, respira, descansa
junto a mí. Todos estos infinitos sonidos en mitad de la noche envuelven los
latidos en un solo corazón.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;">Escucha la canción del agua. Pronto volverá a
ascender, muda, evaporada, como un aleteo invisible, otra vez en el cielo, otra
vez, y siempre.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"></p><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEir8nVHrLWJ6G-oK8ic1XBY6wrTyu17r5CCar4PJahXq1EamhfWUeCPOtJTqexKG2JdwAHgey2Y-G5jMzdKxjDhepsleRglM7Wlb-jwaeQyXSYvndQGDTNFTCYBvK0gah6JaizsTB5e9veYhWCADoYSB3DsiXBleQOc-lGX2VrhZAG8XtN8S-9NoNadWA/s4272/Libro-24.jpg" imageanchor="1"><img border="0" data-original-height="2848" data-original-width="4272" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEir8nVHrLWJ6G-oK8ic1XBY6wrTyu17r5CCar4PJahXq1EamhfWUeCPOtJTqexKG2JdwAHgey2Y-G5jMzdKxjDhepsleRglM7Wlb-jwaeQyXSYvndQGDTNFTCYBvK0gah6JaizsTB5e9veYhWCADoYSB3DsiXBleQOc-lGX2VrhZAG8XtN8S-9NoNadWA/w400-h266/Libro-24.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;"><br /></span><p></p>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-21614497713294509292022-09-09T10:30:00.006+02:002022-09-09T10:44:26.858+02:00(2) Cielo<p> </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Está ahí. No es necesario
ir, ni abrir, ni salir. Solo debes detenerte, parar un momento y mirar. Es
verdad, nosotros que caminamos a dos patas corremos el riesgo de tropezar, tal
vez por eso no perdemos de vista el suelo. Pero si no tienes prisa, párate un
momento y siéntate en esa piedra o túmbate en la hierba. Porque el camino es
hermoso si sabes ver lo que te rodea, lo que te acompaña. Y el camino no es
solo lo que pisan tus pies.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El cielo es un mar cambiante, lleno de vidas. En la
superficie del fondo, entre el coral de las flores de primavera, aletean
parsimoniosas mariposas y zumban en acelerado vuelo los abejorros. En la
espesura de ramas y matorrales se sumergen cientos de pajarillos, apareciendo y
desapareciendo veloces y cantarines. Junto al camino, en la orilla del oleaje
de los trigales verdes, alguna cometa. Un aleteo minúsculo se desprende, cae,
casi transparente en el azul, como un pez volador, y se detiene. Sostenido por
el aire, el cernícalo vibra inmóvil. Y después otro avance rectilíneo hasta
volver a parar y lanzarse en picado al fondo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En la mañana clara el denso azul transporta nubes
repetidas, blancas y ligeras como un banco de medusas unidas por invisibles
lazos. Y en un hilo también, se aproximan diminutas partículas deslizándose por
los toboganes del cielo. El vuelo de los buitres dibuja las corrientes del aire
que asciende. Después, el racimo se abre y se dispersa, sin aleteo, sin
esfuerzo, dejándose llevar con sus alas extendidas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Déjate llevar tú también como un náufrago por este océano
de vuelos. Señala en el mapa de arena el norte por el que llegan los bandos en
el otoño, y el sur que trae los trinos en primavera. Síguelos, busca el vuelo
solitario del águila, desprendido del cantil o de la atalaya, frágil velero que
se acerca y no llega jamás. Escucha el ajetreo del viaje, marcado por los
cantos de cientos de aves en formación, alanceando la tarde que cae. Todos esos
aleteos, profundos, rápidos, cadenciosos, breves, estáticos, ligeros... ¿Has
pensado alguna vez cómo sería el mundo sin todas esas alas, sin todas esas
almas? Como un cielo nocturno hueco de</span><span style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;"> estrellas, sin la esperanza agujereando el negro
velo.</span><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Náufrago, en el paseo por la orilla, una pequeña pluma de
vivos colores junto al agua, como un recuerdo que se olvidó. ¿Quién fue?
¿Cuándo lo perdí? No importa, solo me queda este triste suspiro, pero el vuelo
sigue. Sé que sigue en unas alas llenas de vida, zarandeadas por el viento tal
vez. No dejes que se detengan.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTD_fSfZSk3easejI443YbJZo2REk24RqNaJCxYAYnektmzPn5aoW4cz-o9gr-aPpxBIr-U3lf1IceHsqtB2_LXupUXhGoedpavU-XJRGsIFHnIqZwprbENFHF2jzxayRMC2jOxvFkwrhCVF96KNDibJq0DIy2qCX3Bqlse7fPr1cS_5mTWvYwfSXYow/s3793/Libro-18.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2529" data-original-width="3793" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTD_fSfZSk3easejI443YbJZo2REk24RqNaJCxYAYnektmzPn5aoW4cz-o9gr-aPpxBIr-U3lf1IceHsqtB2_LXupUXhGoedpavU-XJRGsIFHnIqZwprbENFHF2jzxayRMC2jOxvFkwrhCVF96KNDibJq0DIy2qCX3Bqlse7fPr1cS_5mTWvYwfSXYow/w400-h266/Libro-18.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><br /></span><p></p>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-10586034516209544002022-09-09T10:29:00.009+02:002022-09-09T10:52:49.072+02:00(3) Llano<p> </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Una áspera corteza se
extiende por los campos planos, destapados al aire seco. La cuerda rota del
violín de las chicharras amodorra el reloj de la tarde, en un tictac infinito
de surcos antiguos. Borrosas líneas que confluyen en el lejano horizonte, donde
se adivinan unos viejos muros, tal vez un chozo solitario que se desmorona
vacío de sombra y sin un lamento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Estos campos atormentados bajo el sol, entrecosidos por
el chirrido de trigueros y melodías de alondra, descorren el telón de la
lluvia. El escenario monótono comienza a ser iluminado, primero con rayos de
luz que abren el cielo, después, milagrosamente, por el arco iris que extiende
su intensa pincelada enmarcando los montes del fondo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Campos que entierran el trabajo de siglos, que gritaron
al fuego de las guerras, al dolor del hacha, a la herida del arado,… Campos que
rebrotan con esfuerzo, tejiendo la alfombra que ha de alimentar a los rebaños.
Ovejas como pétalos alrededor de la charca o encogidas al imán de la sombra del
chaparro. Ovejas en procesión y letanía de balidos que suenan lastimosos, sin
un pastor que las oriente y las conduzca. Su desamparo, aunque parece no tener
fin, está limitado por alambradas que cercan su repetido tintineo. Triscan los
corderos y balan, observados por las madres que rumian y dormitan.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Desde el poste de la linde suena la ácida carraca, y
lanzada al vuelo pinta, errática y eléctrica, de azul el cielo. Otros muchos
vecinos no se delatan, envolviéndose en la misma capa del suelo, como terrones
de plumas. Pero llega la hora de buscarse y encontrarse, y al repetido
soniquete de los rebaños se incorporan ahora nuevos cantos, dulces flautas,
melodiosos vientos que salpican por todas partes la partitura de la mañana. Es
el momento, silba tú también, echa al aire la alegría que te llega. Un paseo así,
en tan ancho mundo, abierto… No pediré mucho más, sino que me acompañes. En el
camino, plateado de agua, van quedando nuestras huellas. Pronto se perderán,
antes de que olvide tu cabello de espigas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Golpeados estos campos por las inclemencias de los días,
sin parapetos ni resguardo, afrontando el sol y el viento, soportando la sed y
el azote, desgastándose hasta aflorar el mordisco de las pizarras. Y aun así,
el pan de mañana se hace mar, sosteniendo el remo profundo del vuelo de las
avutardas. Piensa por un momento en lo efímero y en lo eterno, dejándote llevar
hacia el horizonte que abre y cierra, que principia y termina a la vez, por más
veloz que quieras llegar.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigQpCfjJbcXEM2LX9vHgyaMoEk-VbCh9WOqYkNOndzxgWvyDkextso4Zhgw-rraoUhL5HLilaSwQXFuNc0c6df3Ql4GJIQg6p4iVXqT8-5qMrrbZQBspP8j9zFMZy5gixbTmH60d_o8mZLJVg6u7Yd7SUSR6p_Of_9wFMJRaxUJXRnuKhehbZ7D9XPYA/s4272/Libro-11.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2848" data-original-width="4272" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigQpCfjJbcXEM2LX9vHgyaMoEk-VbCh9WOqYkNOndzxgWvyDkextso4Zhgw-rraoUhL5HLilaSwQXFuNc0c6df3Ql4GJIQg6p4iVXqT8-5qMrrbZQBspP8j9zFMZy5gixbTmH60d_o8mZLJVg6u7Yd7SUSR6p_Of_9wFMJRaxUJXRnuKhehbZ7D9XPYA/w400-h266/Libro-11.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><br /></span><p></p>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-84494455636333348172022-09-09T10:29:00.008+02:002022-09-09T10:48:20.835+02:00(4) Bosque<p> </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Acércate. Ya sé que el
paisaje es muy hermoso, que transpira sosiego, pero quiero que te adentres, que
te aproximes y que toques. Pon aquí tus manos, en esta piel gris y agrietada.
No temas, está viva. ¿Qué sientes? Tal vez percibas el tiempo, los días y las
noches que fueron pasando, tal vez notes la energía que llega desde el suelo y
el cielo. Puede que creas que esta corteza rugosa es como una roca, dura,
inerte, impenetrable… Pero este tronco rebosa latidos, se derrama y vierte
hojas alimentadas por el sudor de mil brazos, con el trabajo de los padres y
los hijos. Al pie del tronco, abonando raíces, las risas, los cantos y los
llantos; los sueños, las esperanzas y las tristezas. ¡Cuánta vida reunida en un
árbol! Vidas que se fueron pero quedaron en el paisaje, en este bosque abierto
con las manos donde las encinas son buques anclados, zozobrando pero
resistiendo, poderosas, rotundas, aun cuando el oleaje del tiempo las golpee.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y sobre este lienzo de esparcidos árboles, paredes que
cuartean la pintura como grietas antiguas. Desmoronadas aquí y allí,
cremalleras desdentadas que ya no cierran nada. Cabalgando lomas, acompañando
arroyos, cruzando caminos… Paredes de piedra y tierra, aparejadas con liquen a
un lado, con musgo al otro. Lindes que marcaron los usos: aquí ovejas y
renuevos de encina; pastos y vacas en otro cuarto; barbecho y cereal en ese
otro; cerdos y montanera en aquel último. Y trabajando duramente, depositando
el sedimento de sus silencios y sus labores, un río de mujeres y hombres
sostenido durante generaciones: pastores, vaqueros, porqueros, yunteros,
segadores, jornaleros, carboneros… Oficios y tareas soportados con tenacidad,
aprendidos con la leche materna, ayudados por los sencillos aperos de la
autosuficiencia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Este paisaje inventado, construido sin prisas, cobija a
mil habitantes. Ocultos algunos, polizones de huecos y ranuras, en la tronca
envejecida, en la pared acogedora de la abandonada zahúrda. Sobrevolando otros,
oteando vigilantes sobre las crestas de los árboles, reflejado su vuelo en las
charcas que bullen de vida. Columpiando ramas con su aleteo los pequeños
cantores. Cada cual en su lugar, pero todos juntos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Árboles achaparrados, alargando su sombra en la tarde
dorada, con el sol de diamantes entre las ramas. Encinas centenarias, hundidas
en la tierra, sosteniendo y alimentando todas esas vidas. Árboles que no
terminan donde empieza el cielo. Encinas que nos acogen hoy en la sombra eterna
del pasado.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyqvjXs-aiSawnmmLwAeD0YqSIVYQmMws-emLv2Vh4yG7fiBJhZ2S0rJoA9La5l3ZDkVVj3zYM0n6cI-pt1TD0wS0D_1-CB5gu4tHdnC-AnVugHM6-UmdN6fID6tRUy3u_fHi-Nv9ewoP2zWa5HMoZmJvj2gCbftm1QCwcLZf4x8dzRHCMeFqE3pN7vA/s4272/Libro-16.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2848" data-original-width="4272" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyqvjXs-aiSawnmmLwAeD0YqSIVYQmMws-emLv2Vh4yG7fiBJhZ2S0rJoA9La5l3ZDkVVj3zYM0n6cI-pt1TD0wS0D_1-CB5gu4tHdnC-AnVugHM6-UmdN6fID6tRUy3u_fHi-Nv9ewoP2zWa5HMoZmJvj2gCbftm1QCwcLZf4x8dzRHCMeFqE3pN7vA/w400-h266/Libro-16.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><br /></span><p></p>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-41228962561535474742022-09-09T10:28:00.003+02:002022-09-09T10:49:47.929+02:00(5) Monte<p> </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">En la ladera cubierta de
jaras suena el invisible campanilleo de las cabras, como un perfume desprendido
de la espuma blanca de las flores. Acebuches de metal retorcido, espinados por
el ramoneo, deslizan su mínimo aceite por la solana. Laboriosos vuelos,
diminutos pero incansables, recolectando el dulce reclamo. Las abejas siembran
desde el aire y llevan su nutriente zumbido hasta las urbanas colmenas,
edificios de miel y polen. ¡Cuántos aromas y sabores nacidos en este monte!
Cantueso, tomillo, romero, orégano… colores que visten el aire de fragancias.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Y el
olor de la tierra. Escucha ese canto de humo denso que se extiende entre los
árboles, que surge de un montículo de leña abrazada y sepultada, exhalando su
alma blanca. Y sobre esa locomotora de tierra parada, los carboneros se afanan.
Mira sus rostros tiznados y sus ojos de cuarzo, sus nervudas manos como raíces.
El humo lento inunda el monte mientras el corazón de leña arde, sofocado,
atrapando el calor para más tarde. Árboles convertidos en estrellas,
devolviendo la energía que tomaron del sol.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Y
cuando éste reseca el monte es el momento de los escultores. El granito áspero
de los alcornoques oculta un bosque de sinuosas figuras. Como un ejército
armado, pero no dispuesto al caos sino a la creación, los corcheros van
tallando una galería de soldados de terracota, esculturas vivas de arcilla. El
alcornocal se hace obra de arte, figuras de barro y sangre. Es la piel del
árbol, pero también su carne. No puedes quedarte ahí, adéntrate entre el
matorral y llega hasta el pie de estos gigantes. Debes apreciar los detalles y deleitarte
en este color que no verás en ninguna otra parte. Como la arcilla de la
creación, emana vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Al
otro lado de la sierra, en lo umbroso, crece la espesura más densa, repleta de
sonidos y aromas. Los madroños anuncian ruborizados sus atractivos frutos,
invitando al banquete a los comensales que han de esparcir las semillas en
suelos menos competidos. Y del roquedo que corona, cuando la tarde se adormece,
surge el profundo reclamo del búho, como un cadencioso latido del monte, y la
respuesta apagada más lejos. Asoman las estrellas en la noche. Hace frío, y
falto algo. ¡Cuánto nos emocionaría que volviera aquella otra llamada! La del
lobo atado a su ronco lamento, a su triste destino de fiera perseguida. Tal vez
pronto regrese, desde las montañas donde resuenan el seco choque de las cabras
monteses y el tronar de las aguas bajo la nieve.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlRIl2xiPtZJmXsrhbip--eHBPmgqZhWxJsZtdx1xAcRtIuabkYBwpAoaVjQog5sYrGdFBn_D380fHYQjfFf18eN2t-yaI-PRQiz0kWY9AWo-E-v_3T9_8FSjMAVG7J7xehy_elvf9BLWt9wTG8wUZigA-XyJMG7MfMXLlIBi9-nkL609_oYWpDybD0Q/s2592/Libro-35.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1944" data-original-width="2592" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlRIl2xiPtZJmXsrhbip--eHBPmgqZhWxJsZtdx1xAcRtIuabkYBwpAoaVjQog5sYrGdFBn_D380fHYQjfFf18eN2t-yaI-PRQiz0kWY9AWo-E-v_3T9_8FSjMAVG7J7xehy_elvf9BLWt9wTG8wUZigA-XyJMG7MfMXLlIBi9-nkL609_oYWpDybD0Q/w400-h300/Libro-35.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><br /></span><p></p>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-19126180977224548112022-09-09T10:25:00.007+02:002022-09-09T10:50:28.966+02:00(y 6) Pueblo<p> </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">A las afueras, donde el
campo entra en el pueblo por una calleja adornada de higueras, una herrumbrosa
noria yace abatida, agotada de viejas fatigas. Su silencioso esqueleto, ayer
envuelto en el circular camino del mulo, hoy permanece prisionero de las zarzas,
planeta sin su satélite. Muy cerca las ranas croan en el tambor del pozo y su
zambullida rompe la piel verde que cubre el agua. En el huerto abandonado los
surcos son oleaje fosilizado que alguna vez llenaron cestos de humildes pero
sabrosos frutos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Aviones, vencejos y golondrinas van y vienen, de las
casas a los campos, de los árboles hacia las tejas, porque aquí no hay
fronteras ni murallas. Su trajín y la algarabía de sus vuelos adornan el
caserío, envuelven la iglesia con arabescos y lacerías interminables. Y posadas
en la espadaña, muy cerca de su nido, las cigüeñas repiquetean, machando su
gazpacho con el rojo almirez de sus picos. Es inevitable alzar la vista entre
las calles y ver en lo alto a las equilibristas, sostenidas sobre una pata de
alambre inamovible. Otras llegan con un vuelo puntiagudo y la misma blanca cal
de las paredes en su plumaje.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Desde lo alto se otea el barro, como una estepa donde se
esparcen las ramas raquíticas de las antenas, adornadas por cantores estorninos
y bulliciosos gorriones. Y solo cuando se mueve adivinamos al cernícalo, mimético
entre el cobre oxidado de las tejas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¡Cuántos seres se adentran en los pueblos, compartiendo
los afanes de las gentes! Pueblos de adobe y tapial extendidos en el llano,
como oasis nevados de cal. Camina y demora tu paseo en cualquier rincón, en el
mínimo detalle encontrarás alguna verdad. Ventanucos abiertos en el doblado,
por donde fluye el vuelo arriesgado de las golondrinas. Ventanas que se
adelantan a la fachada para guardar tras sus rejas miradas prisioneras y
geranios regados de sol. Desde el umbral siente la frescura de la casa, que
sale a recibirte hasta el zaguán.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Pueblo
de madera y piedra recogido entre los montes, como un nido esperando la
primavera. Un pequeño mochuelo se recorta posado en la cancela junto al camino,
levanta el vuelo ondulante y se pierde entre los olivos. Cae la tarde y el
paseo termina, o tal vez comienza. Tañen las campanas envueltas en el frío,
empujándome lejos pero atrapándome quieto. Porque no hay un dentro ni un fuera.
Tras mis pasos, las ventanas encendidas parecen demasiado distantes. Y al
volverme, de nuevo me pregunto dónde vivimos, cuál es nuestra casa.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjU0nms6phQkf9exYB-RlE-WJ-L4_2vL2mzxKxIwrHFO8DAdCbV21DwrituRIMlqaxlpVUy9F5XO_wl9DalhJYp6LdVfoOVFcZCX-4KjHoFR41DDP8tNdDFrtQxUIy_cxxfO45yVo8rXkY7gu2-3UChNgxGDfUMEdsyulKirGkzvhh6cwU50EXJbU74Aw/s4272/Libro-4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2848" data-original-width="4272" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjU0nms6phQkf9exYB-RlE-WJ-L4_2vL2mzxKxIwrHFO8DAdCbV21DwrituRIMlqaxlpVUy9F5XO_wl9DalhJYp6LdVfoOVFcZCX-4KjHoFR41DDP8tNdDFrtQxUIy_cxxfO45yVo8rXkY7gu2-3UChNgxGDfUMEdsyulKirGkzvhh6cwU50EXJbU74Aw/w400-h266/Libro-4.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><br /></span><p></p>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-14445999613715235122022-02-14T10:49:00.006+01:002022-12-11T12:52:30.666+01:00Halcón peregrino<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjq0QfmGIKit3XhR13HN9V-VuxlPvx_QgV3sVyzzOwoFRMIRw2rUD9kXDex3sFHaHVNu9FND__jjNEW466Pyg3JDptS2Ntw4vvIclmocM0JFUNN0rLFwCZKrz0IgnIQvfnbOSRCXGkPUD9yYLO5w03HShGSQY4yfLqOldSEbpm55V3SJfh6rZcmDO6fWg/s770/Halc%C3%B3n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="770" data-original-width="571" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjq0QfmGIKit3XhR13HN9V-VuxlPvx_QgV3sVyzzOwoFRMIRw2rUD9kXDex3sFHaHVNu9FND__jjNEW466Pyg3JDptS2Ntw4vvIclmocM0JFUNN0rLFwCZKrz0IgnIQvfnbOSRCXGkPUD9yYLO5w03HShGSQY4yfLqOldSEbpm55V3SJfh6rZcmDO6fWg/w296-h400/Halc%C3%B3n.jpg" width="296" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-78000134136110708202022-02-07T10:24:00.003+01:002022-02-08T12:23:36.736+01:00Embalse de Alange<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEinZU9C-vPEkGvEgQPgGJcu-FqaJdVOjSqZ2hPioPqFzoRjQES--edOko1NXr2TVGRkO1UVNNHFRO5g5-9HpaDv70SPRixBuONDHEArvGMEBUIM4_eFBGwlActMKjWKRzUVZ-3qfOXBesU4rPSoWc4BC6OWDtKvcgGAkuSZsLzEq2ZLSqntWr9iCAy0Jg=s3630" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1536" data-original-width="3630" height="135" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEinZU9C-vPEkGvEgQPgGJcu-FqaJdVOjSqZ2hPioPqFzoRjQES--edOko1NXr2TVGRkO1UVNNHFRO5g5-9HpaDv70SPRixBuONDHEArvGMEBUIM4_eFBGwlActMKjWKRzUVZ-3qfOXBesU4rPSoWc4BC6OWDtKvcgGAkuSZsLzEq2ZLSqntWr9iCAy0Jg=s320" width="320" /></a></div><br /><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiEpzw-nDEA16TBCXwfM7ADadRqK2ciIDEreUUAbHYoLKZzZf_u-JPKkm9Jswt-tm9EIOnQUePG1TQj0o5KvJixUivaDD5oijNaMp7iNPYUGvdVnG0FIdg4UFIDqYRIz-D-u7QjCqjdgPRtKEQko4Qs9zDYjzm_mzHggU_fJk_YEzyabeHl0bizM4fLZA=s3744" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2519" data-original-width="3744" height="215" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiEpzw-nDEA16TBCXwfM7ADadRqK2ciIDEreUUAbHYoLKZzZf_u-JPKkm9Jswt-tm9EIOnQUePG1TQj0o5KvJixUivaDD5oijNaMp7iNPYUGvdVnG0FIdg4UFIDqYRIz-D-u7QjCqjdgPRtKEQko4Qs9zDYjzm_mzHggU_fJk_YEzyabeHl0bizM4fLZA=s320" width="320" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEh_L7udxYX9l-6foQ8HN1KY6YA4-UR_jKuTazGlEpf0yBHbdcGfjusR6y2Nsm3KKMzV3gyW6ocvZ3QpHN0sFhubccIkxsVtzUBCuTPY9ZcMwQ5vfd--LD30psabzviGTrA4hstyP75odFyDtH9G6s7MK-4gI8hOJr_IgVwg_gaAsiSPzFh6pFZ-bp4sHw=s3791" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2543" data-original-width="3791" height="215" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEh_L7udxYX9l-6foQ8HN1KY6YA4-UR_jKuTazGlEpf0yBHbdcGfjusR6y2Nsm3KKMzV3gyW6ocvZ3QpHN0sFhubccIkxsVtzUBCuTPY9ZcMwQ5vfd--LD30psabzviGTrA4hstyP75odFyDtH9G6s7MK-4gI8hOJr_IgVwg_gaAsiSPzFh6pFZ-bp4sHw=s320" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-75636031169563087372022-01-31T13:39:00.004+01:002022-12-11T12:53:35.628+01:00En el bosque<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSJsw4wirGPTRXpttGnuju1DQR1p_wzG7bDQ1CpzwwBdj7RROvhnjhtjw0-iEOGYXhE3fT6ZYpsjs2KBm9Dy_eYiwl2tOcGmV4zTUPHnP31KSwS3lBFd6lsX5WU4xR0PuInO9gR-BDBby7g3JxCPZqKBKlrBuS5-NKNo7LVa9y9WwUmHKQ64n1tSbwCg/s1076/Amaneciendo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="770" data-original-width="1076" height="286" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSJsw4wirGPTRXpttGnuju1DQR1p_wzG7bDQ1CpzwwBdj7RROvhnjhtjw0-iEOGYXhE3fT6ZYpsjs2KBm9Dy_eYiwl2tOcGmV4zTUPHnP31KSwS3lBFd6lsX5WU4xR0PuInO9gR-BDBby7g3JxCPZqKBKlrBuS5-NKNo7LVa9y9WwUmHKQ64n1tSbwCg/w400-h286/Amaneciendo.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-36690564958984861152022-01-31T13:38:00.004+01:002022-12-11T12:54:15.524+01:00Campos<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7R8UeNjcWsSF4Qp-O7PLvizs1TUtIUeZVfb-5A-oaud8hSox6mLb5ju9OtG4n8T7xuy41Aj51H4YbdsCK9iRcLHlEwrYJpg4a6e7sEVmHDQn86WZQwGkpnqbqCx9QKr2_bJ3y7Wcm4mPa2FqArnPyV5vuPc_6KOjmoqMbFsYIrmOv87ogBiAN4DGmmg/s1167/Campos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="771" data-original-width="1167" height="264" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7R8UeNjcWsSF4Qp-O7PLvizs1TUtIUeZVfb-5A-oaud8hSox6mLb5ju9OtG4n8T7xuy41Aj51H4YbdsCK9iRcLHlEwrYJpg4a6e7sEVmHDQn86WZQwGkpnqbqCx9QKr2_bJ3y7Wcm4mPa2FqArnPyV5vuPc_6KOjmoqMbFsYIrmOv87ogBiAN4DGmmg/w400-h264/Campos.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-80152870272414426692022-01-06T20:48:00.007+01:002022-02-14T10:50:58.737+01:00Arroyo en invierno<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiRZk0gV5cQCQZJhZRmbDaJZrCZ9Xjo9XOMt6uKf3tYvUOdqZmolKzHzNZXjA7YfMWewhae-ahZQrrNb4ryUF_mY-giZmaeFwQ6bBZak6F-fuPKCmU6k21PqiZymUdGM-Xi_zOYK1xVhR_4mlya1sbS_dntsNC6YuNQ018ygSuON4bB3T7fMmYPopyhOw=s4090" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2983" data-original-width="4090" height="357" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiRZk0gV5cQCQZJhZRmbDaJZrCZ9Xjo9XOMt6uKf3tYvUOdqZmolKzHzNZXjA7YfMWewhae-ahZQrrNb4ryUF_mY-giZmaeFwQ6bBZak6F-fuPKCmU6k21PqiZymUdGM-Xi_zOYK1xVhR_4mlya1sbS_dntsNC6YuNQ018ygSuON4bB3T7fMmYPopyhOw=w491-h357" width="491" /></a></div><br /><p></p>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-70473773541863202772022-01-06T20:47:00.003+01:002022-01-06T20:47:58.608+01:00Rosas<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhjpHV2fkyky_JglK7qFjt_0BK7MPLAryp_BzeSAsWliQO9Dub05n34lSTsBb29ow11bFufyd6PTVjleLSkxUmlKr9va3ZZ_qoCaLfBnSZ-SXaUOyJpBfupx4D-YWILQAkYhKKF2MOE7uQtS0yRrDwWJ-zt27ljRXijRLGcFYkzt0PYZimIgt1ZBwlnQg=s4026" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2787" data-original-width="4026" height="310" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhjpHV2fkyky_JglK7qFjt_0BK7MPLAryp_BzeSAsWliQO9Dub05n34lSTsBb29ow11bFufyd6PTVjleLSkxUmlKr9va3ZZ_qoCaLfBnSZ-SXaUOyJpBfupx4D-YWILQAkYhKKF2MOE7uQtS0yRrDwWJ-zt27ljRXijRLGcFYkzt0PYZimIgt1ZBwlnQg=w447-h310" width="447" /></a></div><br /><p></p>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-12584365322442051962020-07-12T19:02:00.002+02:002022-12-11T12:54:53.996+01:00Amapola<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsn2_GsZUq45JMthVJXxZmjCfOqwAVjQVzkYmoEqldkNgU65G3U_TqcNw0u-iRSX8tCOOcOC0oHg7-xrWmL5Ii4z6C5WxJESvUhefJZAw_0V3BcK4dsUZmyup3NR4v2wvsODs8ZgAASDfq2OpAjE8Tb-bFnqdygh3Sv2JYDogtzmFJyB8DP77W31zdmg/s3418/JAP_200711_.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2357" data-original-width="3418" height="276" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsn2_GsZUq45JMthVJXxZmjCfOqwAVjQVzkYmoEqldkNgU65G3U_TqcNw0u-iRSX8tCOOcOC0oHg7-xrWmL5Ii4z6C5WxJESvUhefJZAw_0V3BcK4dsUZmyup3NR4v2wvsODs8ZgAASDfq2OpAjE8Tb-bFnqdygh3Sv2JYDogtzmFJyB8DP77W31zdmg/w400-h276/JAP_200711_.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>
<div style="text-align: center;">
<span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #134f5c;">Cuando pasó la primavera</span></div>
<div style="text-align: center;">
<span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #134f5c;">en el camino encontré</span></div>
<div style="text-align: center;">
<span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #134f5c;">una preciosa amapola</span></div>
José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-6521131815138652522017-08-03T18:48:00.001+02:002017-08-03T18:48:23.916+02:00Trazos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSPqbN7nooXlYm0O_oPm8_d4aIOsk9eJIce_NDf8MdQlGGId8tGY4EIWSdqn_bjI6qm0SE563VrMBpEFNwSzv-LRb4J8rmYIaYuCRjuZ0clQ2q0VqHgADPjz5ggFcwgU9q2ThgqxsqXSXM/s1600/Viboreras.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="895" data-original-width="1600" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSPqbN7nooXlYm0O_oPm8_d4aIOsk9eJIce_NDf8MdQlGGId8tGY4EIWSdqn_bjI6qm0SE563VrMBpEFNwSzv-LRb4J8rmYIaYuCRjuZ0clQ2q0VqHgADPjz5ggFcwgU9q2ThgqxsqXSXM/s320/Viboreras.jpg" width="320" /></a></div>
<br />José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-43986620166762976982016-07-05T11:34:00.005+02:002022-12-11T12:57:03.214+01:00Los últimos lobos de Peñas Blancas (Segunda parte)<span face=""Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif" style="background-color: white; color: #333333; font-size: 13px; line-height: 18.2px;">La comitiva entró al pueblo aquella tarde cargando con el lobo muerto pocas horas antes de la llegada de los Reyes Magos, aunque en 1965 estos no hacían acto de presencia ni en calles ni en la mayoría de las casas. Al día siguiente, Manuel Moreno y su primo Manolo Flores le pidieron a Isabel Moreno una burrina negra sobre la que cargaron la loba, a la que colocaron un palo en la boca para mantener las fauces bien abiertas, dándole así un aspecto más fiero. Enseguida se fue arremolinando gente en torno a ellos, niños y mayores vestidos de festivo en la soleada mañana del miércoles 6 de enero. Uno de los niños, Jeromo, solicitaba algún premio para los loberos, y recogía alguna perra gorda, unos reales o hasta pesetas, que hacía sonar en una bolsa de tela. En un par de ocasiones, Félix Cerrato Trinidad, primo de Pedro el mayoral, detuvo la marcha del grupo y realizó al menos dos fotografías. Pasearon su trofeo sin saber que esta sería la última vez que un lobo, vivo o muerto, recorrería las calles del pueblo. La festiva mañana terminó en la taberna, donde el “montañés” (tabernero) les convidó las rondas en gratitud por el servicio prestado a la comunidad, pero también porque su presencia atraía a una numerosa clientela que escuchaba la historia de la batida entre trago y trago, haciendo gasto.</span><div><span style="color: #333333;"><span style="font-size: 13px;"><br /></span></span></div><div><span style="color: #333333;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTiFItejoaxxIuRHzHNbQA85QI48NJeGCRpULyrnarWsvfJU1vqzOJ-vyqfgu-yvcNK6-yaAV6QnTEEgL_vusfjYLOS2vLGdPCbyJ9obhZMYZmLt8OINpMHbqJbdVEL2kp2QpQzSAWjWq2g8EtMrAeDnNr0N4qWi764T085-hF9vvLYvOHSibiCuvknA/s2048/JAP_120314-foto.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1366" data-original-width="2048" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTiFItejoaxxIuRHzHNbQA85QI48NJeGCRpULyrnarWsvfJU1vqzOJ-vyqfgu-yvcNK6-yaAV6QnTEEgL_vusfjYLOS2vLGdPCbyJ9obhZMYZmLt8OINpMHbqJbdVEL2kp2QpQzSAWjWq2g8EtMrAeDnNr0N4qWi764T085-hF9vvLYvOHSibiCuvknA/w400-h266/JAP_120314-foto.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: small; text-align: start;">El paseo del lobo por La Zarza el día de Reyes de 1965. Foto: Félix Cerrato<br /><br /></span></td></tr></tbody></table></span><div><br /></div><div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="background-color: white; color: #333333; font-family: "Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.2px; margin-left: auto; margin-right: auto; padding: 4px; position: relative; text-align: center;"><tbody>
<tr><td><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOBDXpAN-9cmobwQa24zaQshaO76EafrGbOTW7xVbaZkjnw4sU68YGpVJ_Y1yj6Jw9nT3Edvu_WQX1Qq-JFZekbUUSy0xK-RfzC4R_zu72QPhm9CuXhp_-H3gEkioC6FEhC9TexFb5MMo/s1600/Identidades+foto+1.JPG" style="color: #00826b; margin-left: auto; margin-right: auto; text-decoration: none;"><img border="0" height="252" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOBDXpAN-9cmobwQa24zaQshaO76EafrGbOTW7xVbaZkjnw4sU68YGpVJ_Y1yj6Jw9nT3Edvu_WQX1Qq-JFZekbUUSy0xK-RfzC4R_zu72QPhm9CuXhp_-H3gEkioC6FEhC9TexFb5MMo/s400/Identidades+foto+1.JPG" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border-radius: 0px; border: 1px solid rgb(204, 204, 204); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.2) 0px 0px 20px; padding: 8px; position: relative;" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="font-size: 10.4px;">Identidades.</td></tr>
</tbody></table>
<span face=""Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif" style="background-color: white; color: #333333; font-size: 13px; line-height: 18.2px;"> Mientras La Zarza rebullía con el paseo del lobo, en Alange, aprovechando la jornada festiva, tres amigos salen a cazar alguna liebre para celebrar el día de Reyes. Se han citado a las puertas de la fragua de los Carrillo, por debajo del Cancho de la Picota. Allí se encuentran Ignacio el Calvete, haciéndose acompañar de sus galgos, Quico el Retratista y Pedro Carrillo Méndez, uno de los tres hermanos que, junto a su padre, regentan la fragua. Pedro, de 39 años, silba a sus podencos para que se pongan en marcha y Tabaco, Felipe y la Mora enfilan nerviosos en dirección a Palomas. Quico y Pedro van armados, escopeta al hombro, aunque en el caso del herrero lo que porta es un artilugio singular. En una de sus habituales visitas a la chatarrería La Posada de Almendralejo para abastecerse de metal, Pedro se fijó en un viejo trabuco, marcado con las iniciales SMM, y no dudó en echarlo a la carga. Algún oficio daría, pensó. Con sus habilidades de herrero soldó al corto cañón un tubo del cuadro de una vieja bicicleta y aquella arma, antes defensiva, quedó convertida en una rudimentaria escopeta.</span><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="background-color: white; color: #333333; font-family: "Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.2px; margin-left: auto; margin-right: auto; padding: 4px; position: relative; text-align: center;"><tbody>
<tr><td><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgW73tgLhHPNVZd5zak4mk9k76o71ryhvJH__nOTfOWOZ4aP__I3QV28W6dVrlQxBEXQAIvjoxrmAbytVQ1nFEbkKTQAfziVnfk7a-MhujKEtu0Ikk43htXhRbKEKr3v3cU2wWr8mTQ6lI/s1600/Z-CIN-2-1.jpg" style="color: #00826b; margin-left: auto; margin-right: auto; text-decoration: none;"><img border="0" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgW73tgLhHPNVZd5zak4mk9k76o71ryhvJH__nOTfOWOZ4aP__I3QV28W6dVrlQxBEXQAIvjoxrmAbytVQ1nFEbkKTQAfziVnfk7a-MhujKEtu0Ikk43htXhRbKEKr3v3cU2wWr8mTQ6lI/s400/Z-CIN-2-1.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border-radius: 0px; border: 1px solid rgb(204, 204, 204); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.2) 0px 0px 20px; padding: 8px; position: relative;" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="font-size: 10.4px;">José, Pedro y Esteban Carrillo en la fragua de Alange, en 1970.</td></tr>
</tbody></table>
<span face=""Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif" style="background-color: white; color: #333333; font-size: 13px; line-height: 18.2px;"> Los tres baten por separado, tratando de evitar el control de los guardias. Cuando Pedro llegó al regacho de Tío Carlos, una pequeña vena del Palomillas por su margen derecha, los perros olisquearon el aire y corrieron ladrando hacia la barrera de tamujos que cercaba el pequeño arroyo. Pronto, un lobo asomó las orejas y se desvaneció corriente abajo. Aunque Pedro lo desconocía, resulta evidente que era el mismo lobo herido la tarde anterior durante la batida de Manuel Moreno y los demás, que se había producido muy cerca de allí. El lobo había bajado hacia Las Gregorias y después se emboscó entre los espesos matorrales del regacho, tratando de recuperar fuerzas y tal vez esperando el reencuentro con la pareja, que nunca llegaría. Pedro se encontró con el lobo, que le miraba desde el otro lado del arroyo sin apoyar una de las manos, encogida y herida. A pesar del apaño de Pedro, su falsa escopeta seguía siendo un arma de avancarga, y si fallaba el tiro no tendría tiempo de preparar un segundo disparo, así que decidió no tirar. Pedro vio cómo a la altura del Cerro Perdiguero el lobo cruzó la carretera, adentrándose enseguida en el soto del Palomillas, donde se perdió para siempre.</span><br style="background-color: white; color: #333333; font-family: "Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.2px;" /><span face=""Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif" style="background-color: white; color: #333333; font-size: 13px; line-height: 18.2px;"> Meses después, cuando Pedro Trinidad acarreaba la piara de cabras a la ribera del Palomillas para mitigar los calores del verano, encontraría los restos del lobo, «como un cartón». El animal se había guarecido entre fresnos y zarzas, a la altura del Pasil de la Arena, aguas abajo del Cerro de la Atalaya, donde había muerto.</span><br style="background-color: white; color: #333333; font-family: "Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.2px;" /><span face=""Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif" style="background-color: white; color: #333333; font-size: 13px; line-height: 18.2px;"> Pedro Carrillo tiene un recuerdo de su infancia, que a sus 90 años me cuenta con la peculiar memoria de quienes vivieron tiempos difíciles, y que curiosamente guarda cierta relación con la de los últimos lobos de Peñas Blancas. Ochenta años atrás, en 1936, cuando Pedro llegaba a su primera década de vida, salió a por leña junto con un par de zagales, Ricardo el Pelao y Francisco Rodríguez. Cada uno de ellos se había agenciado una bestia: Pedro, un burro de su tía Felisa, Ricardo, una burra de su abuela, y Francisco, «un burro más grande que una mula». En la solana de Peñas Blancas se dedicaron a cortar jaras y, en haces, las cargaban a lomos de sus animales. En la tahona del pueblo conseguirían al trueque tres o cuatro panes, pues la jara era un buen combustible para el horno panadero. Cuando regresaban, la perrina manca de Pedro se metía nerviosa entre sus piernas, y pronto descubrieron el motivo de su miedo. De la cerca de la Huerta La Miera, donde había un caballo atado, saltó un lobo y, tras aullar, aparecieron otros dos. Los muchachos arrearon a sus bestias, huyendo de los lobos que se les acercaban. En la carrera vieron a Pedro Trinidad, cabrero y padre del mayoral de nuestra historia de 1965. A las voces de alarma del grupo, el pastor azuzó a sus tres mastines contra los lobos, que se dieron a la fuga ante los agresivos perros, cuyo fiero aspecto acentuaban las carlancas y sus orejas y rabos cortados. Reunido con los muchachos, el pastor les ayudó a reafirmar las cargas de leña, destartaladas por la brusca carrera, mientras se alegraban de haber escapado de un peligro seguro, sobre todo para las acémilas, que a veces eran presa de los lobos.</span><br style="background-color: white; color: #333333; font-family: "Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.2px;" /><span face=""Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif" style="background-color: white; color: #333333; font-size: 13px; line-height: 18.2px;"> Pero volvamos a La Zarza, donde la mañana de Reyes de 1965 termina, pero el paseo del lobo continúa camino de Villagonzalo. Un alegre grupo apura el paso por la carretera hacia el pueblo vecino. A Manuel le acompañan su primo Manolo, Pedro Trinidad, Juan Francisco Romero y Jeromo. El lobo preside el cortejo, encaramado en el burro. Enseguida se corre la voz por el pueblo y la gente sale a la calle, animando la tarde desoficiada. En el recorrido van recaudando algunas monedas, hasta que Manuel reconoce a alguien asomando su curiosidad al umbral de la puerta. Es Diego, el hijo del difunto Fernando Mancha. No es extraño que inicialmente no reconozca a Manuel, pues éste era un niño cuando abandonó la finca de Guareña. La alegría del reencuentro aumenta cuando Diego saca de su cartera un billete de 25 pesetas, que entrega para los loberos, llenando de asombro a los vecinos arremolinados en torno a la escena.</span><br style="background-color: white; color: #333333; font-family: "Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.2px;" /><span face=""Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif" style="background-color: white; color: #333333; font-size: 13px; line-height: 18.2px;"> Pero la verdadera recompensa llegaría al día siguiente, el jueves día 7, pasadas ya las fiestas, cuando el mismo grupo a excepción de Jeromo, tomó el camino a Oliva de Mérida, por el pie de la umbría de Juan Bueno. En esta ocasión, además de pasear al lobo por la localidad, se dirigirían al Sindicato (Cámara Agraria) de la Oliva, donde, mostrando el lobo, recibirían un premio en metálico. En 1953 el Ministerio de Agricultura había creado las Juntas Provinciales de Extinción de animales dañinos, que tenían entre sus objetivos «premiar a los alimañeros y a cuantos demuestren de modo fehaciente su aportación a la lucha contra los animales dañinos». En la provincia de Badajoz la Junta de Extinción nació en noviembre de 1954, indicándose en su reglamento que pretendía «organizar, impulsar y fomentar por todos los medios posibles la persecución y total extinción de los animales dañinos». Por este motivo, la captura de los lobos no solo era legal, sino que debía premiarse por la Administración. De hecho, solo en la provincia de Badajoz y entre 1954 y 1962 se pagaron 58.917 pesetas por 79 lobos capturados. Una vez en el Sindicato, y tras cortarle las dos orejas al lobo para asegurarse de que no se volvería a utilizar para cobrar la recompensa en otro lugar, Manuel y sus compañeros recibieron 500 pesetas de premio. La piel del lobo fue curtida en La Zarza por Quico Macías y la conserva Francisco Trinidad, nieto de Pedro. Aunque ha perdido el rabo, se puede estimar que el lobo medía aproximadamente 160 cm de longitud.</span><br style="background-color: white; color: #333333; font-family: "Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.2px;" /><span face=""Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif" style="background-color: white; color: #333333; font-size: 13px; line-height: 18.2px;"> La historia de los últimos lobos de Peñas Blancas debió ser similar a otras tantas en las diferentes comarcas extremeñas donde el lobo sobrevivió hasta mediados de la década de 1960. La extinción del lobo, de hecho, fue generalizada en gran parte de la península Ibérica en esa época. La desaparición del lobo ponía fin también a un modo de vida, a una cultura rural que conectaba al hombre con el medio natural, aunque delataba el atraso económico y las desigualdades sociales. Pero el lobo no fue víctima del mundo rural y de los intereses agroganaderos, con los que había bregado desde siempre, sino de los profundos cambios socioeconómicos que España comenzaba a desarrollar. Si merece la pena conocer y divulgar aquella cultura rural casi perdida, también el recuerdo del lobo debe formar parte de nuestro patrimonio intangible, íntimamente relacionado con las vivencias de nuestros mayores. A ellos, mi más sincero agradecimiento por haberme permitido escuchar de su voz estas entrañables historias.</span><br style="background-color: white; color: #333333; font-family: "Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.2px;" /><br style="background-color: white; color: #333333; font-family: "Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.2px;" /><span face=""Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif" style="background-color: white; color: #333333; font-size: 13px; line-height: 18.2px;">Artículo publicado en </span><a href="http://lazarza.hoy.es/gente-cercana/noticias/201606/30/ultimos-lobos-sierra-penas-20160630152122.html" style="background-color: white; color: #00826b; font-family: "Trebuchet MS", Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.2px; text-decoration: none;" target="_blank">Hoy La Zarza</a></div></div>José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-91981327282992508782016-05-26T18:46:00.002+02:002022-12-11T12:59:14.073+01:00Los últimos lobos de Peñas Blancas (Primera parte)<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Tan solo cuatro días
atrás se había celebrado la llegada del nuevo año. Aquel 1965 sería un año más,
aunque se esperara de él, como siempre, todo lo mejor. Era lunes, pero para un
pastor no era peor día que cualquier otro de la semana. La tarde cayó enseguida
y las sombras apagaron por completo el monte, sin un resquicio de luz en la
primera noche de luna creciente. Ni siquiera se adivinaban las peculiares
pedrizas blanquecinas de la sierra en la umbría de los Soria. Allí, en el corral
de cancillas, Pedro el mayoral ha recogido su hato de cabras. En la penumbra
del pequeño chozo unas ascuas alumbran el cañón de la escopeta que descansa en
aparente vigilia junto al mayoral que duerme. Fuera, las cabras dormitan
también, y solo un armonioso campanilleo delata sus movimientos de cuando en
cuando. Su tranquilidad parece asegurada por los robustos mastines, aunque a
ratos estos también se rinden al sueño, tumbados al abrigo de una encina y arrebujados
para mantener la temperatura en la fría noche. En sus cuellos destacan las
poderosas carlancas, anchos collares erizados de pinchos de hierro para rechazar
las dentelladas de los lobos. Y precisamente esa noche, viento en contra para
no delatarse, dos lobos se aproximan al corral, arrastrando el lomo entre los
matorrales. Su ataque fulminante es alertado por los balidos y las despavoridas
carreras de las cabras, seguidos de inmediato por los roncos ladridos de los
perros, que no alcanzan a ver cómo un chivo es apresado por uno de los lobos.
La amenaza de los perros y la fácil captura les animan en su huida. Para cuando
Pedro sale a mitad de la noche, dispuesto a disparar sobre los intrusos, ya
solo queda la algarabía de cabras y perros, envueltos en la oscuridad casi
absoluta.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5B16Hk7gb1S-W3loy2ZrXtC04k1IINyYFgk-zDYZ1gvsIBlgrhSVj7-jR49IHc0yNksJCZeRfu5ExSMMT6fbdUxdOMMCQEgJdGhYR7bvW1UxnME9Sl3r8pYkAMXJOctKiaaWYv2UN1dyvdWzmrhvV4I1zAVUTfR2d5rYh8YW50SM0OeyQcX9H7pWJfw/s2014/JAP_160519-Lobo-19.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2014" data-original-width="1456" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5B16Hk7gb1S-W3loy2ZrXtC04k1IINyYFgk-zDYZ1gvsIBlgrhSVj7-jR49IHc0yNksJCZeRfu5ExSMMT6fbdUxdOMMCQEgJdGhYR7bvW1UxnME9Sl3r8pYkAMXJOctKiaaWYv2UN1dyvdWzmrhvV4I1zAVUTfR2d5rYh8YW50SM0OeyQcX9H7pWJfw/w289-h400/JAP_160519-Lobo-19.jpg" width="289" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: 14.6667px;">Pedro Trinidad, el mayoral, preparando una caldereta. Foto: Félix Cerrato.</span><br style="font-size: 14.6667px;" /></td></tr></tbody></table><br /></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> </span><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">En la Península Ibérica, el lobo (</span><i style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Canis lupus signatus</i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">) suele vivir en
solitario o en pequeños grupos (2-4 individuos) durante los meses invernales.
En ese tiempo se desplazan una docena de kilómetros diarios, aunque suelen
permanecer tres o cuatro jornadas en la misma zona. El día lo pasan encamados,
reposando, y cazan durante la noche. Los lobos que atacaron el corral de Pedro
probablemente formaban pareja, aunque el celo no comienza hasta febrero. Como
era previsible, no abandonaron la zona.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> Hace algún tiempo, unos alumnos del
instituto Tierrablanca me trajeron un par de fotografías donde aparecía un lobo
abatido y me contaron algunos detalles inconexos. Tras algunas indagaciones he
podido hablar con Manuel Moreno Flores, uno de los protagonistas de la batida
que acabó con los últimos lobos de Peñas Blancas. A finales de abril entré en
su casa y lo encontré sentado a la mesa camilla. Enseguida me contó que tenía
87 años y que su salud estaba acosada por múltiples achaques, a cual más grave.
Sin embargo, su apretón de mano, su postura erguida y su charla incansable y
despierta parecían llevarle la contraria. Lamentó no poder acompañarme a los
lugares a los que enseguida haría referencia, pero su relato fue muy intenso,
dando la impresión de que había vivido todo eso tan solo unos días atrás. Su
mujer, Encarnación Amado, nos acompaña a ratos y escucha en silencio,
recordando también aquellos tiempos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> Manuel nació en 1929, en los últimos
meses de la dictadura de Primo de Rivera, y su infancia quedaría marcada por
los duros y trágicos años de la Segunda República y la Guerra Civil. En el
sobre donde guarda las dos fotografías que me pusieron sobre su pista hay unas
palabras escritas de su mano y se excusa por la letra, a pesar de que es una
escritura clara y firme. Pero Manuel solo asistió a la escuela unos pocos
meses, en el caserío de la finca de Fernando Mancha Merino, el único
propietario del entorno que dispuso una escuela a la que asistían sus hijos y
los de los trabajadores. En esta finca de Guareña trabajó como pastor el padre
de Manuel durante 26 años y allí nacieron él y sus cinco hermanos. </span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">«</span><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Sin edad y sin tiempo</span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">»</span><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">, dice Manuel, cuando tenía cinco
años su padre le mandaba a guardar las cabras. En los últimos meses de la
República, durante el gobierno del Frente Popular, la conflictividad en el
campo extremeño se agudizó, y algunos casos de violencia política local
acabaron ahuyentando a la joven maestra del cortijo de los Mancha, aunque
Manuel tuvo tiempo de aprender a escribir. Sin embargo, enseguida abandonaron
todos la finca, pues su propietario, y otros 80 vecinos de Guareña, serían
fusilados por las milicias republicanas en los primeros días de la Guerra
Civil.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlSM-KN1_DX2JRr2V0RlUrfWf4qsUrb5pZmAK6Ue0RNTKnlBJV4sj4szx828pYTnTUSDIYITjRyQIFdqreWuHHoF3y5SYawrYNfdW9DIFm2twB7Lpvx1ETT7v_JDTZrcUWR6D5tEhlq7_wZGpHncleTdyij4MdMwKQZNpd0WcZ84Ty-KqLCe-B8e3H-g/s2048/JAP_160519-Lobo-15.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1308" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlSM-KN1_DX2JRr2V0RlUrfWf4qsUrb5pZmAK6Ue0RNTKnlBJV4sj4szx828pYTnTUSDIYITjRyQIFdqreWuHHoF3y5SYawrYNfdW9DIFm2twB7Lpvx1ETT7v_JDTZrcUWR6D5tEhlq7_wZGpHncleTdyij4MdMwKQZNpd0WcZ84Ty-KqLCe-B8e3H-g/w255-h400/JAP_160519-Lobo-15.jpg" width="255" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: 14.6667px;">Manuel Moreno y, montado sujetando el lobo, su primo Manolo Flores. Foto: Félix Cerrato.</span><br style="font-size: 14.6667px;" /></td></tr></tbody></table><br /></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> En cuanto amaneció el martes día 5,
el mayoral notó la falta de un chivo en el hato. Era evidente que los lobos se
lo habían llevado. Pedro recordó aquellos lances que su padre le contaba en
torno a la lumbre. Hasta once lobos abatió en esos montes años atrás, en una
lucha continua por defender el ganado. Ahora era el momento de Pedro, y no
podía dejarlos escapar. Rápidamente se dirigió a La Zarza para organizar la
batida, pero el trabajo les impidió ponerse en marcha hasta la tarde. El grupo
salió del pueblo a paso ligero y, al cruce del arroyo de La Calera, ya tenía
definido su plan. Los puestos de puerta quedarían cubiertos por cuatro hombres:
el mayoral, Pedro Trinidad Gil, su hermano el guarda de la finca, Manuel, que
lucía su bandolera de cuero en cuya placa podía leerse “Peñas Blancas”, Juan
González Flores y nuestro relator, Manuel Moreno Flores. El primo de este
último, Manolo Flores, y Antonio Coronado serían los batidores, y caminaban sin
armas junto al grupo acompañados por un par de perros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Ascienden
por la ladera de la finca, propiedad de Fernando Rengifo Fernández de Soria,
entonces alcalde de Villafranca de los Barros y presidente de la Comisión de
Hacienda y Economía de la Diputación de Badajoz. Según van subiendo, Manuel
puede ver los bancales repletos de almendros aún desnudos y olivos todavía en
recolección. En la parte más baja la vegetación dibuja la brecha del arroyo de
Las Molineras entre algunos huertos y naranjos. Recorre con su mirada el
pueblo, con humeantes chimeneas, el Cerro Calvario y la profunda zanja blanca
de las minas de Juan Bueno. Más allá, hacia Oliva de Mérida, las laderas
aterrazadas, arrasadas por las máquinas, donde se adivinan esos eucaliptos que
están plantando por todas partes. Igual que los cabreros se quedan sin montes
donde pastorear, también los lobos ven reducidas sus áreas de campeo y sus
presas. Quién sabe si no es por este motivo por el que los lobos se están
dejando ver últimamente, removidos de sus territorios antes montaraces.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Una
vez apostado en la solana de Sierra Buitrera, a la altura de la raya del
término, Manuel observa la pedriza que se derrama entre espesos matorrales,
atento a cualquier movimiento. Trata de mantener el máximo campo de visión bajo
control, lo que para él no es fácil, pues perdió la vista del ojo izquierdo
once años atrás. La tarde, al menos esto les favorece, está parada bajo un
cielo azul y despejado. Las voces de Antonio y Manolo, los batidores, comienzan
a escucharse ladera arriba, en ruidosa confusión con los ladridos de los
perros. Si los lobos siguen aquí, pronto tendrán que salir de su escondite y,
por instinto, intentarán trasponer la sierra. Manuel aguarda vigilante a medida
que escucha más cerca los ladridos de los perros y reconoce en ellos a su
podenca, la Linda. Como sabrá después por los batidores, fue ella la que
finalmente levantó a los dos lobos, que estaban acostados en el Cancho del
Buitre, a la caída del Picazo de Peñas Blancas. Pasaron por delante de Manuel
como una exhalación, brincando por la pedriza monte arriba, y aunque reaccionó
a tiempo de tirarles, la escopeta le falló. Los dos cartuchos, que él mismo
fabricaba, se negaron a responder. Tampoco Juan pudo tirarles, aunque los tuvo
muy cerca. El mayoral, sin embargo, avisado ya, consiguió realizar dos
disparos, hiriendo a ambos animales. Los cuatro postores corrieron tras los
lobos. Manuel saltaba ágil, con la energía de un hombre fuerte y acostumbrado a
patear el campo durante los 36 años que llevaba a sus espaldas. Ya arriba, la
loba que Manuel perseguía se detuvo, agotada y herida, y saltó sobre una peña.
Jadeaba, dejando ver la potente dentadura. Sus ojos amarillentos, casi
cerrados. Vencida. Manuel encaró la escopeta y disparó. Estaba tan cerca que
fue suficiente con un cartucho del cero. El otro lobo, un macho también herido,
retornó azuzado por la Linda y se dispusieron a ir tras él, pero se introdujo
en una zona de nueva repoblación de eucalipto y Manuel Trinidad, el guarda, no
les permitió seguir el rastro para evitar daños a la plantación. El lobo trotó
la quebrada abajo hasta el juncal de Las Gregorias, donde se perdió de vista.
Reunidos junto a la loba muerta, enseguida la abrieron y vaciaron, comprobando
que aún había restos del chivo en la “molleja” del animal. Antes de coserlo lo
rellenaron con cogollos de jara, después lo cargaron entre dos y pusieron
camino al pueblo, todavía agitados y comentando los detalles del lance,
mientras el día comenzaba a decaer.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEie8pagnppsTx5yKhguC_tCJvKwl9J9HLM5MwVk4lkkiDDCPvsRCUVwGANbkFM55jWdpT2Qr4fzWBoQa1YignzCxkXN-fohWuFRQjNOBWRCbMOqQ9AhpO88LC8vNTNkcR0vsH1-nK2znCTF6DjdRjKVPEWCEu9gFY1RCZcC8ty1ga5vQuNfTvoh4I9V7A/s4608/JAP_160519_3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4608" data-original-width="3456" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEie8pagnppsTx5yKhguC_tCJvKwl9J9HLM5MwVk4lkkiDDCPvsRCUVwGANbkFM55jWdpT2Qr4fzWBoQa1YignzCxkXN-fohWuFRQjNOBWRCbMOqQ9AhpO88LC8vNTNkcR0vsH1-nK2znCTF6DjdRjKVPEWCEu9gFY1RCZcC8ty1ga5vQuNfTvoh4I9V7A/w300-h400/JAP_160519_3.jpg" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: 14.6667px;">Manuel Moreno con la piel del lobo cazado. Foto: José Antonio Palomo.</span><br style="font-size: 14.6667px;" /></td></tr></tbody></table></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Artículo publicado en <a href="http://lazarza.hoy.es/gente-cercana/noticias/201605/26/ultimos-lobos-penas-blancas-20160526094956.html" target="_blank">HOY La Zarza.</a></span></div>
José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-85230481638145265662015-10-29T20:26:00.004+01:002022-12-11T12:55:25.937+01:00Llegan las grullas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_guYDfLfOU9-isI2smRHWTAh1f7pdGBkZ81Fo90VmT1O_lHlNzNiXXTd1FA4WmuPqvjDojU5zY1uUjiNJ2sQMkESJxy_8mx6h2oeVbeJZEAjpduZ3qxtWwUGBEOfDs-nxRNBpaTKVaAYz5c3Uy32QjdJ0JUnFHOHUwJYPqVBHx6ALcVY35mLbFcM39Q/s4256/JAP_151025_.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2968" data-original-width="4256" height="279" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_guYDfLfOU9-isI2smRHWTAh1f7pdGBkZ81Fo90VmT1O_lHlNzNiXXTd1FA4WmuPqvjDojU5zY1uUjiNJ2sQMkESJxy_8mx6h2oeVbeJZEAjpduZ3qxtWwUGBEOfDs-nxRNBpaTKVaAYz5c3Uy32QjdJ0JUnFHOHUwJYPqVBHx6ALcVY35mLbFcM39Q/w400-h279/JAP_151025_.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>
<br />José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4351751033033756813.post-49934032591115990242015-10-23T19:50:00.003+02:002022-12-11T12:55:52.290+01:00Chimenea<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0ajT-BBQ1IIXvM00XIM6I-_gRNuJUjKJ5ntP_68nMc4__up-Ogyxbi17vM0kxKzl9xuqyXPf1M8NIjz-TIsReiIxzUJkM2ZRG0PDxDYDqUyJBTQxcPB05_mTAmc32-cNNuYql2YWNJdk2VX1X0sR-iAEANPBeUlwRFX-xMSfW6SK1YH0X_HJc_96Mzw/s3886/JAP_151022_.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3886" data-original-width="2591" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0ajT-BBQ1IIXvM00XIM6I-_gRNuJUjKJ5ntP_68nMc4__up-Ogyxbi17vM0kxKzl9xuqyXPf1M8NIjz-TIsReiIxzUJkM2ZRG0PDxDYDqUyJBTQxcPB05_mTAmc32-cNNuYql2YWNJdk2VX1X0sR-iAEANPBeUlwRFX-xMSfW6SK1YH0X_HJc_96Mzw/w266-h400/JAP_151022_.jpg" width="266" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>
<br />José Antonio Palomohttp://www.blogger.com/profile/18274258208100800685noreply@blogger.com