La grulla

El tibio verano noreuropeo acoge la reproducción de las grullas. Acostumbrados como estamos a verlas en bandos, sea en vuelo, sea alimentándose entre las encinas, tal vez nos sorprenda la soledad del nido de la grulla, construido en el suelo y lejos de cualquier otra pareja. En julio los jóvenes grullos ya vuelan e inician con sus progenitores los primeros desplazamientos que irán concentrando los bandos en islas y lagos al sur del Báltico. Cientos de personas visitan estas áreas de concentración premigratoria para gozar del espectáculo y dar la despedida a estas grandes aves, justo cuando los hielos comienzan a hacer imposible la supervivencia en aquellas latitudes. Las aladas viajeras están obligadas, junto con otras muchas especies, a buscar zonas de invernada más apropiadas, y en los primeros días de octubre emprenden su anual viaje a los distantes enclaves del sur donde todavía encuentran tranquilidad y alimento.

Grullas en la dehesa. Pintura de M. Sosa.
Su vuelo, que precisa de descanso en varias zonas de su recorrido, cruza Europa de norte a sur, e incluso llega hasta el norte africano, y aún así no son las grullas las aves más viajeras. La conservación de estas especies migratorias es responsabilidad de todos los países que atraviesan y exige un compromiso de todos los ciudadanos. Las grullas nos demuestran que la naturaleza no tiene fronteras y que en el mantenimiento de la biodiversidad debemos implicarnos todos.

Cuando las nieblas difuminan los paisajes y el verde vuelve a brotar, anuncian las grullas su llegada a nuestros campos con un intenso y poderoso trompeteo alineado. Noviembre las recibe entre las encinas cargadas de bellotas, primero en grandes grupos, después distribuyéndose pero manteniendo los núcleos familiares. En el entorno del embalse de Orellana se llegan a concentrar hasta 24.000 grullas de las 45.000-70.000 que invernan en Extremadura, y que representa el 70 por ciento de la población de Europa Occidental. Su presencia, discutida por agricultores y ganaderos, es el comprobante de que nuestra región es insustituible para la conservación de las aves en Europa.

Grulla. Pintura de R. Bateman.